- por: Terry A.
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Recuerdo la primera vez que vi la finca de mi tío el rico aislada en lo alto de una colina cubierta de puntiagudos árboles; parecía la guinda de una tarta de menta y chocolate. Desde el mirador de la carretera se veía en su ladera izquierda un amontonado pueblo deshacerse a sus pies, como un […]